Al menos 920 personas murieron y unas 600 resultaron heridas por un terremoto de magnitud 5,9 en la escala de Richter que afectó anoche el este de Afganistán y el vecino Pakistán, mientras los equipos de rescate tratan de localizar a posibles atrapados y brindar ayuda.
El sismo se registró la noche del martes a unos 46 kilómetros de Khost, capital de la provincia homónima afgana cerca de la frontera con Pakistán, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS), que informó también de una réplica de magnitud 4,5.
Las provincias afganas más afectadas fueron Paktika, con al menos 255 muertos en cuatro distritos, Khost, con 25 muertos, y Nangarhar, con cinco muertos, según afirmó un portavoz del Ministerio de Respuesta y Manejo de Desastres afgano, Mohammad Nasim Haqqani.
El portavoz también situó en más de 500 los heridos en Paktika y un número indeterminado en el resto de las provincias, mientras que la agencia de noticias estatal afgana Bakhtar, citando fuentes oficiales, elevó la cifra de heridos a más de 600.
Además en el vecino Pakistán al menos una persona murió “al derrumbarse el techo de su casa debido al terremoto”, dijo Taimoor Ali, portavoz de la Autoridad de Gestión de Desastres de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, donde se produjo el suceso.
Imágenes compartidas en redes sociales muestran numerosas casas destruidas y a heridos siendo atendidos en camillas a la intemperie en las zonas afectadas en Afganistán.
EL RESCATE
El Gobierno de los talibanes aseguró que emplea todos sus recursos en las operaciones de rescate, con el envío de asistencia, helicópteros y suministros médicos, al tiempo que ha pedido ayuda a las organizaciones humanitarias en el país.
“El Gobierno está trabajando dentro de sus posibilidades. Esperamos que la comunidad internacional y las agencias de socorro también ayuden a nuestra gente en esta situación desesperada”, publicó en Twitter el líder talibán Anas Haqqani.
La Cruz Roja Internacional y la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), entre otras, anunciaron el envío inmediato de asistencia a las zonas afectadas.
La OCHA y la ONU “están evaluando las necesidades y respondiendo a los daños tras el terremoto de anoche que se ha cobrado cientos de vidas”, aseguró el representante adjunto de la Secretaria de la ONU para Afganistán, Ramiz Alakbarov.
“La ayuda está en camino”, añadió.
La ayuda humanitaria ya era un asunto vital en Afganistán, inmerso en una crisis humanitaria desde la llegada de los islamistas al poder hace casi un año, y las sanciones internacionales.
Con escasos recursos, los talibanes ya tenían problemas para atender las necesidades básicas del país, y limitadas fuerzas para atender de manera oportuna emergencias de gran escala.
Además al sismo se suman las lluvias torrenciales que afectan desde hace días a ocho de las 34 provincias afganas, incluida Paktika, con al menos 11 muertos y 50 heridos, y más de 500 casas destruidas, reveló el Ministerio de Respuesta y Manejo de Desastres.
Afganistán suele sufrir terremotos, especialmente en la zona conocida como Hindu Kush, de gran actividad sísmica y habitual punto de origen de movimientos telúricos en la región.
A mediados del pasado enero otro sismo de magnitud 5,3 sacudió el noroeste de Afganistán, matando a al menos 26 personas, según datos de la ONU, y destruyendo 800 viviendas, en su mayoría endebles casas de adobe, en diferentes distritos de la provincia de Badghis.
También en octubre de 2015 un sismo de magnitud 7,7 con epicentro en el extremo nororiental del país dejó más de un centenar de muertos en Afganistán y casi 300 fallecidos en el vecino Pakistán, donde se registraron también más de 2.000 heridos.