“La visita de nuestra delegación a Taiwán honra el inquebrantable compromiso de los Estados Unidos para apoyar la vibrante democracia de Taiwán”, manifestó Pelosi en un comunicado. “Nuestras discusiones con el liderazgo de Taiwán reafirman nuestro apoyo para nuestro compañero y promueven nuestros intereses compartidos, incluyendo los avances en una región indo-pacífica libre”.
Agregó en su declaración que “la solidaridad de los EEUU con las 23 millones de personas en Taiwán es más importante que nunca, cuando el mundo enfrenta una elección entre la autocracia y la democracia”.
A su llegada, tras un viaje de siete horas que comenzó en Kuala Lumpur (Malasia) y en el que esquivó el Mar de China Meridional y sobrevoló Indonesia y Filipinas, Pelosi fue recibida por el ministro de Asuntos Exteriores de la isla, Joseph Wu Chao-hsieh y por la directora del Instituto Estadounidense de Taiwán, Sandra Oudkirk.
“Nuestra visita es una de varias delegaciones del Congreso hacia Taiwán, y no contradice las políticas mantenidas desde hace un largo tiempo por Estados Unidos” y que su país “se opone a esfuerzos unilaterales para alterar el statu quo”.
Ni Pelosi ni el Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán habían confirmado si la gira que la funcionaria lleva a cabo por Asia incluiría una visita a Taiwán, posibilidad adelantada por medios estadounidenses y taiwaneses.
Se trata de la primera visita de un presidente de la Cámara de Representante de EE. UU. a Taiwán desde 1997, cuando el republicano Newt Gingrich visitó la isla.