“Este puede ser un Gobierno de mierda, pero es mi Gobierno”. Esa era la frase que vio Osvaldo Andrade, expresidente del PS y exministro del Trabajo, en un modesto cartel que sostenía un obrero defendiendo al Gobierno de Salvador Allende, en medio de la Unidad Popular, poco antes del golpe de Estado de 1973. El también exdiputado por Puente Alto la recordó esta semana en un programa de televisión y le generó una lluvia de cuestionamientos desde el oficialismo, así como elogios de la oposición, y lo convirtió en tendencia en redes sociales. “Algunos entendieron la frase, otros no entendieron el sentido de ese pero“, señala Andrade al profundizar en su crítica política.
En entrevista con El Mostrador, el exlíder del socialismo aborda el legado de Boric, la posibilidad de integrar una federación socialdemócrata con Convergencia Social, la lealtad del oficialismo con el Gobierno y los 50 años del golpe de Estado. También critica la “doctrina Teillier” de un pie en la calle y otro en La Moneda, además del desorden en el PPD.
-¿Es este un Gobierno de mierda…?
-Yo quise hacer presente esa frase de ese obrero, porque hoy más que nunca hay que ser leal con el Presidente Boric, al margen del juicio que uno tenga de su Gobierno, de la gestión de sus ministros, seremis. Uno puede tener un juicio tremendamente lapidario del Gobierno, pero eso no puede poner en tela de juicio la lealtad que merece una persona que está donde está porque el pueblo de Chile lo puso ahí, y eso requiere lealtad de los partidos. No de ocultar los problemas, sino de colaborar en la solución de esos problemas. Uno puede decir, como decía el obrero, “este puede ser un Gobierno mierda, pero es mi Gobierno” y, en consecuencia, tengo que hacer cosas para mejorarlo, para resolver los problemas, para que estas cuestiones que impiden su avance se puedan resolver. Ese es el sentido de la frase. Así lo hizo el joven el obrero aquella vez, yo no lo conocí, pero estoy seguro de que no era un intelectual, representaba a una clase que sentía que el Gobierno del Presidente Allende era un momento histórico. A mí me causa extrañeza lo ocurrido. Con la frase quise hablar de la deslealtad que esta generación política, no entienden que han tenido un momento histórico y que lo están desaprovechando. Mi generación, que arrastra el trauma de no haber colaborado debidamente con el Presidente Allende como él lo merecía, tiene que ser un factor relevante para hacer presente esto y para colaborar a que se den cuenta del momento histórico en el que están y que no pueden desaprovechar.
-¿Por qué no?
-Porque este Gobierno no puede fracasar. Si Boric fracasa, la próxima segunda vuelta será entre Evelyn Matthei y Kast. Nosotros no vamos a existir.
-¿Dónde ha visto la deslealtad?
-He puesto dos ejemplos sintomáticos: las fundaciones y lo de Patricio Fernández. Otra muestra de deslealtad hay en la imposibilidad de las coaliciones de Gobierno de ponerse de acuerdo. Yo veo que la ministra del Trabajo hace ingentes esfuerzos por construir un acuerdo, encuentra en la oposición una negativa tremenda, y la oposición lo que dice es pónganse de acuerdo primero en el Gobierno, porque en las reuniones que se tienen, a mí me lo han dicho, se encuentran con que la ministra dice una cosa y los asesores de la ministra dicen cosas bastante menos vinculadas con la posibilidad de llegar a acuerdo. Lo que vislumbra la oposición –te reitero, sin perjuicio de que tienen ellos un juicio– es que no hay pleno acuerdo entre las autoridades de Gobierno, y eso no es lealtad con el Presidente, porque él insiste en que hay que llegar a un acuerdo para resolver el tema de pensiones.
-¿Hay deslealtad en los partidos oficialistas?
–Muchos de los partidos de Gobierno están pensando en sí mismos. Mire lo que está pasando en el PPD, eso no ayuda al Gobierno. ¿Cree que ese prestigio que se logra en ese actor político del Gobierno ayuda al Gobierno? Hay una mirada muy corta en los actores de la política, que no vislumbran las consecuencias políticas de sus acciones. No ven más allá, creen que el tema termina allí, y no termina allí. Un ejemplo, se armó este tema del gas, iba a haber una empresa que hacía gas envasado que no resultó porque era más caro, y creen que ahí murió, pero no muere ahí, porque les da argumento a aquellos que dicen que el Estado no puede ser empresario. En este tema de las fundaciones llevamos un mes y todos los días es un tema. Entonces, cómo despliega su agenda el Gobierno. Yo creo que, en eso, la gente necesita vislumbrar que hay una decisión, esto no basta con el “caiga quien caiga”, la Contraloría y el Ministerio Público.
Parte de entrevista en ” El Mostrador ”