Tras más de 300 muertos en 24 horas y en medio de una extrema devastación, Gaza vive el mayor desplazamiento interno de su historia reciente: casi un millón de personas huyeron -entre ayer y hoy- de sus casas en la mitad norte del enclave debido a las alertas y los bombardeos de Israel, por lo que se refugian en el sur en pleno colapso.
En pocas horas, la vía costera de Gaza y la avenida Salahedin, las grandes arterias que recorren la Franja de norte a sur, se llenaron con cientos de miles de personas que iban hacia el área meridional tras dejarlo todo y llevarse unas pocas pertenencias, con gran confusión y sin saber exactamente a dónde ir o en qué lugar encontrar un techo.
A muchos recordaba el éxodo de cientos de miles de palestinos en 1948, cuando la creación de Israel supuso su expulsión o huida de su tierra natal, en la llamada Nakba (catástrofe, en árabe), un suceso clavado en la memoria palestina y muy presente en una Franja, donde más del 70% de sus 2,3 millones de habitantes son refugiados y se sienten ante el abismo de sufrir una nueva limpieza étnica.