Carlos III ha sido proclamado este sábado oficialmente nuevo rey del Reino Unido y 14 países de la Commonwealth en sucesión de Isabel II, que falleció el pasado jueves a los 96 años en el castillo escocés de Balmoral.
El ceremonial Consejo de Ascensión declaró al príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge como el nuevo monarca Carlos III, tras lo cual los asistentes al acto, sobre todo figuras políticas, dijeron: “Dios salve al rey“.
Aunque el heredero sucedió a su madre automáticamente tras su fallecimiento, este es el tradicional evento en el que el poder político británico lo reconoce oficialmente como soberano.
Tras anunciar la muerte de la reina y proclamar a su sucesor, la presidenta del Consejo, Penny Mordaunt, ordenó a miembros del Consejo Privado (autoridades políticas y sociales que asesoran al monarca -entre ellas, la primera ministra, Liz Truss, y el príncipe de Gales, Guillermo) pasar a una sala aparte donde se reúnen ahora con el nuevo rey.
En una segunda parte de la ceremonia, Carlos III hace una intervención, lee y firma un juramento.
Como miembros del Consejo Privado -herencia del pasado que actualmente es sobre todo simbólico-, están también presentes Camila, la reina consorte, y el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la Iglesia Anglicana.
Este es el primer acto oficial de Carlos III como jefe de Estado y es diferente a la coronación, una ceremonia que se espera tenga lugar en los próximos meses.
“SEGUIRÉ EL EJEMPLO DE MI MADRE”
Posteriormente dio un discurso y afirmó que seguirá “el ejemplo” de su madre en su reinado, en el que se compromete a respetar los principios constitucionales y servir a los ciudadanos con dedicación, como también juró garantizar la protección de la Iglesia de Escocia (él es cabeza de la Iglesia Anglicana) y autorizó distribuir su declaración para que sea leída en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, así como en los países de la Commonwealth.
En su declaración, Carlos III volvió a aludir, como hizo ayer en un mensaje a la nación, al enorme pesar que su familia y todo el país sienten por la muerte de su madre, cuyo reinado no tuvo precedentes en “duración, dedicación y devoción”: “Es un gran consuelo para mí el pésame expresado por tantos hacia mi hermana y mis hermanos y que todo este afecto y apoyo abrumadores sean extendidos a toda la familia en nuestra pérdida”, afirmó.
Carlos III dijo ser “profundamente consciente” del legado de Isabel II y de “los deberes y vastas responsabilidades de la soberanía” que ha heredado, y sostuvo que “al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el ejemplo inspirador que se me ha dado, al defender el gobierno constitucional y buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas islas y de los reinos y territorios de la Commonwealth en todo el mundo”.
El rey dijo que se dejará guiar por los respectivos Parlamentos y se mostró confiado en que contará con el apoyo y el afecto de la ciudadanía. También confirmó que mantendrá la práctica actual de ceder al erario público los ingresos hereditarios, que son usados después para subvencionar a la familia real en su actividad oficial.
“Para llevar a cabo la pesada tarea que se me ha encomendado, a la cual dedico lo que me queda de vida, ruego por la guía y ayuda de Dios todopoderoso“, concluyó.