Este lunes se cumple exactamente un año desde que la ciudadanía se volcó a las urnas -de manera obligatoria- para definir si aprobar o rechazar la propuesta de nueva Constitución que emanó de la Convención Constitucional, donde el Rechazo se impuso con un 61,89%, versus un lejano 38,11% para el Apruebo. El proceso de campaña fue intenso, y aunque se cuestionó la fuerza de los mensajes tanto del Apruebo como del Rechazo, lo cierto es que las encuestan marcaban una tendencia hacia esta segunda opción, aunque pocos previeron la “holgura” con la que se impuso.
De todas formas, incluso antes de conocerse aquel resultado, ya se habían generado fuertes movimientos en el escenario político, que tras el “terremoto” del 4 de septiembre, pocos salvaron ilesos: las reconfiguraciones, nuevas medidas, salidas, arribos y diálogos -obligados-, se hicieron urgentes y necesarios.
El arco político cambió, y entre otras cosas, el Presidente Gabriel Boric salió al paso para encauzar un nuevo proceso democrático que diera una nueva vía institucional al proceso constituyente, lo que derivó en el llamado “Acuerdo por Chile”, y cuyos resultados se tradujeron en una nueva convocatoria a las urnas, donde los chilenos y chilenas debieron elegir a los nuevos consejeros constitucionales. De ese proceso, emanará un texto en octubre y que será plebiscitado en diciembre, en lo que se ha concebido como una última oportunidad para que el país otorgue su veredicto final respecto a contar -o no- con una nueva Carta Magna.
Fuente: Emol.com