“Carreta calichera y distintas actividades del trabajador pampino” es el nombre del
nuevo proyecto del escultor en metal Raúl Soza Becerra, quien a través de un
majestuoso trabajo creativo de siete esculturas elaboradas en metal reciclado, rescata
la esencia de la cultura y oficios de la pampa salitrera.
La maqueta de la iniciativa, que se encuentra en exposición en el Centro Cultural Doña
Vicenta (Esmeralda 743), forma parte de un proyecto cultural que busca rendir un
homenaje a los trabajadores pampinos que forjaron esta tierra.
Para Soza, quien es reconocido por sus exposiciones “Seis caballos” y “Pentauro”, con
esculturas de caballos y toros elaborados en metal a escala real y que estuvieron en
exhibición hace unos años en Iquique; esta nueva apuesta es el primer proyecto que
realiza en base a la figura humana.
“Un prestigioso gestor cultural de Iquique me contactó y me planteó hacer este
proyecto de la carreta calichera y los oficios pampinos, lo cual me pareció muy
interesante por lo que representa para la región. Estas figuras están hechas en una
escala de 1 a 5, lo que implica que cada figura tendrá una altura de dos metros
promedio; y el objetivo es plasmarlos en tamaño real, para ser emplazados en un lugar
de la ciudad y poner en valor la cultura pampina”.
La maqueta del trabajo escultórico muestra una carreta calichera tirada por tres
mulas, junto a las figuras del trabajador pampino en distintas actividades asociadas a
las faenas del salitre, tales como un obrero con pala, golpeando el caliche con una
maza, inclinado con un saco en sus manos y otro recogiendo el material del suelo.
Además de un trabajador cargando sobre su espalda un gran saco y otro sobre la
carreta acomodando la carga.
La particularidad de este proyecto es que cada figura se compondrá de metal reciclado
y materiales como planchas, perfiles, canales y herramientas antiguas, que es el sello
que impone Soza a sus esculturas; y para quien resulta una aventura reutilizar la
chatarra, ya que –en su opinión- “esos fierros y latas viejas para mí son oro, ya que en
ellos veo lo que otros no ven; y puedo crear”.
Según comenta Raúl Soza, ahora está a la espera del financiamiento para ejecutar este
gran proyecto escultórico en metal, y que pueda materializarse para contar con un
lugar en la ciudad que rinda un homenaje a los trabajadores pampinos.
“Quiero sumar un pequeño grano de arena a las historias de muchos pampinos que
vivieron en las salitreras, de gente muy esforzada, con sueños, y muchos de los cuales
no lograron conseguirlos porque la retribución económica no compensaba el
tremendo esfuerzo y el sufrimiento de sus familias. Pero también a lo que representan
los distintos oficios relacionados a la cultura pampina y la explotación del salitre, para
que las futuras generaciones conozcan su historia, para que no se pierda y podamos
seguir valorando el tremendo esfuerzo de estas personas para forjar esta región”.