Este sábado, Rusia dio cuenta de una lista negra que incluye a las máximas autoridades del Reino Unido: el primer ministro, Boris Johnson, tiene prohibida la entrada al país.
¿La razón? Las sanciones económicas en contra de Moscú a raíz de la invasión a Ucrania, lo que el Kremlin calificó de “acciones hostiles sin precedentes”. Dicho castigo tiene relación con el bloqueo de activos y la prohibición de viajes.
En un comunicado, el ministerio de Relaciones Exteriores ruso señaló que “esta medida fue tomada como una respuesta a la desenfrenada campaña informativa y política destinada a aislar a Rusia de forma intencional, para crear las condiciones para lastrar a nuestro país y estrangular a nuestra economía”.
“Los dirigentes británicos están agravando deliberadamente la situación en torno a Ucrania, entregándole al régimen de Kiev armas letales y coordinando esfuerzos similares en nombre de la OTAN”, agregó.
La lista negra de Rusia no sólo incluye a Boris Johnson, sino también a otros altos cargos del gobierno: el viceprimer ministro Dominic Raab, la ministra de Relaciones Exteriores Liz Truss, el secretario de Defensa, Ben Wallace, la exprimera ministra Theresa May y la primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon.