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Desarrollar capacidades de liderazgo para avanzar en la restauración ecológica de la queñoa, es parte de las actividades que realiza la ONG peruana Acción Andina junto a Global Forest Generation, en la cual CONAF se ha transformado en socio estratégico y que, en conjunto, han implementado acciones concretas para la conservación de esta especie catalogada en situación de vulnerabilidad.
De esta forma, y para transformar los paisajes degradados de bosques de queñoa de Perú, Ecuador, Argentina, Bolivia y Chile, la organización realizó un taller presencial en Cusco denominado “Producción, monitoreo y relaciones comunitarias”, en la cual personal de CONAF de las regiones de Arica y Parinacota, y Tarapacá, participaron con la finalidad de recoger experiencias en torno a los bosques de Polylepis y poder aplicarlas en nuestro país.
Presente en el los Andes cordilleranos y en las culturas antoandinas, la queñoa es el árbol que crece a mayor altura en el mundo. Los aymaras y quechuas han convivido junto a él, siendo un relevante soporte para las familias, además de cumplir un importante rol en la biodiversidad andina, sobre todo en la formación de comunidades vegetales altamente especializadas para soportar los rigores climáticos del altiplano, como la llareta.
En el taller se buscó capacitar a los integrantes encargados de las áreas de producción y monitoreo de las organizaciones asociadas con Acción Andina, además de intercambiar conocimientos, así como encontrar mejores prácticas, tomando en cuenta la realidad de cada uno de los paisajes y los proyectos.
Natalia Ortega, ingeniera forestal de CONAF Tarapacá, partícipe de esta jornada, junto con destacar esta enriquecedora experiencia, indicó que “poder actualizar y retroalimentar conocimientos, es una gran oportunidad para avanzar desde nuestras competencias para el manejo sustentable de los bosques de altura. Además, destaco como un modelo a seguir, las alianzas que han creado con las comunidades locales de Cusco para la gestión de las zonas de conservación de queñoa, quienes han desarrollado programas de reforestación y educación ambiental para fortalecer capacidades y crear bases sólidas en cuanto al manejo de los recursos”.
Por su parte, Juan Ignacio Boudon, director de CONAF Tarapacá, resaltó la participación de la Corporación en esta ONG, sosteniendo que “la colaboración es vital para ampliar la protección de los bosques. Además, en el caso de la queñoa, especie que posee una baja capacidad de reproducción natural y que está amenazada, debemos redoblar los esfuerzos para ampliar su reforestación e implementación de estrategias locales para su conservación”.
En esta línea, CONAF en nuestra región, ha implementado un vivero en el Parque Nacional Volcán Isluga con la finalidad de avanzar en la producción de queñoa y de otras especies de alto valor patrimonial y clasificadas en alguna categoría de conservación, para abastecer a las comunidades. Esta actividad se complementa con el proyecto de zonas rezagadas a implementar en Colchane hasta el año 2027, que fue aprobado por el Gobierno Regional y que busca reforestar dos hectáreas por año, con aproximadamente 500 plantas por año.
