En el marco del Día Mundial del Agua, bajo el lema, “Agua para la Paz”, establecido por la ONU, se hace hincapié en la importancia de promover la cooperación y la gestión equitativa del agua como elementos esenciales para la prevención de conflictos y la construcción de la paz.
La región de Tarapacá posee a una realidad hídrica compleja, donde la fragilidad del suministro de agua impacta directamente en ciudades como Iquique y Alto Hospicio. Datos recopilados por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) muestran que el consumo de agua en la región alcanza los 128,3 litros por habitante día, con un promedio disponible de 577 litros por hogar, con una constante presión sobre los recursos hídricos regionales.
Jorge Olave, Director del proyecto LabAncestral de la Universidad Arturo Prat, va más allá de la escasez natural del agua en una zona desértica como nuestra región, pone acentos en la vulnerabilidad de las 2 principales ciudades de la región de Tarapacá, Iquique y Alto Hospicio ante una posible crisis hídrica, al depender de una única fuente de agua, proveniente del acuífero del Tamarugal, “especialmente una única tubería de abastecimiento que podría resultar vulnerable en caso de catástrofe. Es urgente diversificar las fuentes de agua potable”.
Para el experto, una opción prometedora es la desalinización del mar, un proceso que convierte el agua de mar en agua potable utilizando tecnología avanzada. Esta alternativa no solo garantiza un suministro constante de agua, sino que también reduce la presión sobre los recursos hídricos terrestres y ofrece una solución a largo plazo para la escasez de agua en la región.
El investigador recalca en la importancia y urgencia de disminuir y hacer más eficiente el uso del agua, “considerando que aproximadamente 1.000 Litros por segundo de aguas servidas llegan al mar a través de emisarios provenientes de las ciudades de Iquique y Alto Hospicio. En este sentido como Lab Ancestral estamos comprometidos en el fomento de la conciencia ambiental, promoviendo prácticas sustentables y sostenibles en el uso del agua, lo que será implementado en módulos que vinculan la agricultura, la educación y la tecnología en colegios de cada una de las comunas de la provincia del Tamarugal. Estos módulos estarán insertos en el Laboratorio Natural del Desierto de nuestro proyecto”.
Para el Dr. Olave esto es sólo un pequeño aporte, “la implementación de soluciones macro requieren una inversión significativa en infraestructura y tecnología. Además, se deben considerar cuidadosamente los impactos ambientales y sociales de estas iniciativas, así como su viabilidad económica a largo plazo”.